En el año de su tercera victoria consecutiva en las 24 Horas de Le Mans con el 499P, Ferrari presenta el F76, el primer coche creado exclusivamente para el mundo digital en forma de NFT. El nombre rinde homenaje al primer triunfo del Cavallino Rampante en la legendaria carrera de resistencia francesa, logrado por Luigi Chinetti con Lord Selsdon al volante del barchetta 166 MM con carrocería Touring hace 76 años, en 1949.

El F76 no es un coche de producción, sino un proyecto virtual pionero que combina la tradición de Ferrari en las carreras con la innovación del diseño generativo y las tecnologías digitales, abriendo una nueva frontera en la experiencia de marca. Diseñado para los clientes del exclusivo programa Hyperclub, el F76 es uno de los activos digitales de la iniciativa creada por la compañía con sede en Maranello para apoyar al 499P en sus carreras en Le Mans y en el Campeonato Mundial de Resistencia, permitiendo a los clientes vivir esta experiencia junto al equipo oficial.

Un nuevo manifiesto de diseño
Creado por el Centro de Estilo Ferrari, dirigido por Flavio Manzoni, el F76 es un manifiesto de diseño que busca prefigurar las formas de los Ferrari del futuro. Se trata de un proyecto visionario que busca redefinir los límites del diseño automotriz mediante un enfoque paramétrico donde forma, función y rendimiento se fusionan en un solo organismo. Soluciones innovadoras, surgidas de la fusión de la biomimética, los principios arquitectónicos, la ingeniería y la informática, abren nuevos horizontes en el diseño automotriz, yendo más allá de los simples ejercicios de estilo y dando lugar al desarrollo de varias soluciones patentadas.

Forma y aerodinámica
Visualmente, el F76 destaca por su doble fuselaje, fruto de la búsqueda de la máxima pureza en la gestión del flujo de aire. Los perfiles de ala y las geometrías refinadas están diseñados para mejorar el rendimiento y superar las normas convencionales. La separación entre las celdas del conductor y del pasajero, que alinea la distancia entre ejes con las cabinas, permite una nueva interacción entre los bajos y la carrocería, con un canal central que transforma la carrocería del vehículo en un ala, aprovechando al máximo el efecto suelo. Los flujos se dividen en la parte delantera y se unen en la trasera, donde una segunda ala se asienta sobre las dos colas, mejorando la eficiencia del difusor único.

Los flancos presentan cortes verticales que recuerdan al F80, lo que enfatiza cómo la inspiración del lenguaje técnico-estilístico introducido por el nuevo superdeportivo influirá en los futuros modelos de producción. Este lenguaje se expresa en el contraste entre las líneas tensas y técnicas de las alas y la carrocería escultural, con una estética mejorada gracias a la optimización matemática gestionada por algoritmos generativos.

En la zona central de los fuselajes, destaca una decoración tridimensional con lamas laterales, que resalta un elemento típico del vocabulario de diseño de Ferrari. Las colas integran funciones térmicas directamente en la estructura gracias a la optimización topológica, que genera geometrías complejas para canalizar los flujos de refrigeración y maximizar la disipación térmica de los componentes mecánicos internos.

El F76 también representa un reto en cuanto a diseño estructural: su configuración futurista ha revolucionado los espacios y volúmenes interiores, con tecnologías que combinan los requisitos de funcionalidad tradicionales con geometrías innovadoras producidas mediante el método generativo.

La parte trasera se caracteriza por dos perfiles verticales que definen el ancho de vía, mientras que el ala superior actúa como dintel, resaltando el canal central como un «portal» conceptual hacia el nuevo lenguaje de diseño. Las cuatro icónicas luces traseras se integran sinérgicamente en el ala, contribuyendo al rendimiento general.

El frontal está dominado por una banda suspendida entre las alas, que lleva al extremo el concepto de splitter flotante típico del F80. Bajo esta banda, los fuselajes se inclinan hacia el splitter, creando rampas que enfatizan tanto la entrada al canal central como los conductos laterales para el flujo de aire sobre las ruedas. Los dos pares de faros retráctiles, ubicados lateralmente bajo la banda suspendida, representan el vínculo entre el legado de los faros retráctiles de Ferrari de los años 70 y 80 y el carácter futurista del F76, otorgándole un aspecto distintivo inspirado en la tradición.

El interior está diseñado para mejorar la experiencia de conducción compartida: dos habitáculos separados, con tecnología drive-by-wire, sincronizan todos los componentes de la conducción, desde el volante hasta los pedales, permitiendo a ambos ocupantes experimentar y compartir sensaciones en tiempo real, elevando tanto la participación emocional como técnica en la experiencia de conducción.

El proyecto F76 ofreció a los clientes una experiencia de personalización sin precedentes: cada coche digital se creó eligiendo entre varias opciones de diseño, lanzadas como lanzamientos exclusivos durante los tres años del programa Hyperclub. Gracias a esta plataforma, los clientes pudieron dar vida a su propio F76, convirtiéndose en miembros activos de una comunidad exclusiva e innovadora donde tradición e innovación se unen en nombre de la pasión.