En el Salón IAA Mobility de 2023 el Porsche 911 volvió a ser el centro de atención. En esta entrevista Michael Mauer, responsable del diseño de la marca de deportivos desde hace casi 20 años, nos habla de su mayor reto: continuar el glorioso legado del 911.
Señor Mauer, cuando ve el 911 actual en contraste con la primera generación, ¿qué sensación le evoca?
Michael Mauer: Reconozco una coherencia maravillosa. El 911 ha conservado su identidad, fue y es siempre moderno en su época. Satisface los cambiantes hábitos visuales y, sin embargo, se mantiene fiel a su línea. Este salto de entonces a hoy demuestra en qué medida los diseñadores son guardianes de la marca.
Por favor, descríbanos el primer 911.
Mauer: Es la interpretación futurista del automóvil deportivo. Con él se ha establecido un patrón que, en lo fundamental, ya no puede mejorarse. Siempre que probamos otras siluetas, acabamos con la primera flyline. Es sencillamente memorable. Este coche nunca se percibe prepotente o agresivo. Y eso a pesar del hecho de que siempre ha sido uno de los más rápidos. Lo encuentro realmente fascinante.
¿Qué caracteriza a la generación actual?
Mauer: El modelo se describe mejor con relación a su predecesor directo. El atleta ha ganado músculo. Pero sigue siendo reservado en comparación con la apariencia extrovertida que se da actualmente en esta clase de deportivos. Seguro de sí mismo, pero sin arrogancia.
¿Puede decir en una frase qué hace tan especial el diseño del 911?
Mauer: Siempre estoy buscando expresiones que puedan describir definitivamente un Porsche. En el proceso, he encontrado un par de palabras que me parecen maravillosas: precisión diseñada.
Si el 911 fuera un ser humano, ¿cómo sería su personalidad?
Mauer: Nadie que se ponga en primer plano. Pero alguien que todo el mundo sabe que es extremadamente bueno en muchas cosas. Como deportista, sería un triatleta: esbelto, en forma y excepcional en múltiples disciplinas. Sería una persona a la que me gustaría pedir consejo, porque me apoyaría y me ayudaría a salir adelante. Ferdinand Alexander Porsche, que diseñó el primer 911, era un espíritu libre. Dotó al coche de esa confianza en sí mismo y estableció así su personalidad.
¿Hay días en su vida creativa en los que no piensa en el 911?
Mauer: Sí, los hay. Pero eso no me preocupa, al contrario. Cada vez tengo más experiencia: la solución ya está ahí, solo que aún no la veo.
¿Su reto como diseñador?
Mauer: Para nosotros, siempre se trata de crear un diseño deseable. Ese es el bien supremo en el mundo del diseño, casi el arte. Pero eso por sí solo sería demasiado poco para un producto. Para mí, se trata de crear un diseño deseable que también refuerce la marca y la posicione correctamente. Que muestre todos sus valores. Solo entonces el diseño se convierte en la disciplina suprema.
Porsche es una marca fuerte y el 911, un modelo fuerte. ¿Son dos cosas que se oponen entre sí?
Mauer: Es bastante útil tener un icono en la gama de productos. Un modelo que sea influyente durante mucho tiempo, único y reconocible. La filosofía de diseño de la marca puede desprenderse mejor de un icono. Para mí, el 911 es la estrella fija de todo el universo de la marca.
Le gusta hablar de su «músculo creativo», pero ha establecido criterios claros para el proceso de diseño en Porsche. ¿Cómo se compaginan estas cosas, que suenan contradictorias?
Mauer: Un diseñador siempre se enfrenta al problema de tener que justificar sus acciones racionalmente. Pero mucho es puro instinto, pura intuición. Precisamente de eso dependen inversiones de miles de millones. Los desarrolladores de motores tienen valores de banco de pruebas que se pueden medir. Así que busqué algo que clasificara nuestra intuición y la hiciera medible en cierto modo.
Esto ha dado lugar a un lenguaje de diseño propio de Porsche. ¿Cómo es?
Mauer: De los doce arquetipos clásicos de la psicología, hemos elegido tres que encajan con nosotros: el héroe, el creador y el rebelde. A estos arquetipos les ponemos cara. Hemos elegido a James Dean, Ferdinand Porsche y Steve McQueen. Con esta personificación, empieza el cine mental. Podemos imaginar en qué dirección tiene que ir el diseño para corresponder a estos protagonistas. Lo que sigue es la parte más difícil del proceso: asignamos palabras clave a las tres caras. Nos ayudan a traducir las ideas en un diseño concreto. Para los términos nos decidimos por «Tensión», «Propósito» (misión) y «Enfoque». Enfoque es el héroe; Propósito, el creador; Tension, el rebelde.
¿Tiene esta filosofía efectos más allá del diseño?
Mauer: Los tres términos reflejan nuestros valores y, por tanto, también sirven de inspiración en los procesos internos de la empresa. Con esto, de repente todo el mundo tiene ante sí imágenes que describen una dirección. Para mí, el diseño es mucho más que la creación de formas, se trata de la concepción de una marca. Para ello, necesitamos esta coherencia. Al final, de ella surge la identidad.
Uno de sus términos favoritos en diseño es «flujo de energía». ¿Qué entiende por ello?
Mauer: Todo lo que crea tensión. El interior, por ejemplo, consta de elementos hápticos, digitales y analógicos. Son contrastes apasionantes. En el exterior, nuestras superficies crean tensión. Para mí son incluso superficies de alta tensión. Basta con pasar los dedos por el 911 para sentirlo.
¿Cómo interpreta la intemporalidad?
Mauer: El término me orienta sobre lo que la marca Porsche ha representado durante muchos años y lo que queremos transportar al futuro. Para que algo sea deseable, tiene que ser estéticamente atractivo y emocionalmente conmovedor. En un mundo en el que todo se explica tan fácilmente, el diseño debe explicarse por sí mismo.
¿Le resultó difícil diseñar su primer 911?
Mauer: Me alegré de que mi primer proyecto no tuviera que ver inmediatamente con la nueva generación del 911. Eso me dio tiempo suficiente para entender qué hace especial a un Porsche. En el caso del 911, no son diez personas de la empresa las que opinan, como suele ocurrir, sino cien. No se trata solo de si el coche es bonito, sino siempre de la misma pregunta: ¿Sigue siendo un 911? Aquí también resuena la conciencia de que el 911 conlleva una gran responsabilidad. Es la cabeza de la familia Porsche.
¿Cómo afronta esta responsabilidad?
Mauer: Primero pretendemos que el nuevo 911 sea un proyecto como cualquier otro. Como diseñador, no puedes sentirte constreñido desde el principio. Necesitamos provocaciones específicas para avanzar. Cuando llega el momento del diseño concreto, te preguntas: ¿hasta dónde llego ahora? O incluso: ¿no deberíamos ir más lejos?
¿Con cuánta antelación planifica el 911?
Mauer: El proyecto «911 – Año 2050» está en marcha en nuestro laboratorio del futuro. Estamos yendo muy lejos, saltándonos deliberadamente tres generaciones de vehículos. No podemos saber hoy qué tecnología de propulsión tendrá el 911 entonces. Pero es algo más que un juego mental: estimula notablemente los procesos actuales. Avanzamos mucho en nuestro pensamiento y luego, como los investigadores, trabajamos en el pasado, por ejemplo hasta el año 2030. Esto crea imágenes, perspectivas y marcos sociales diferentes que si trabajáramos hacia delante de forma puramente evolutiva.
¿Cómo será el próximo Porsche 911?
Mauer: Como un 911. Aunque algunos elementos del lenguaje de diseño habrán cambiado, será reconocible a primera vista como un 911. Pero también será un nuevo Porsche 911.
Información
La entrevista con Michael Mauer y muchas otras historias apasionantes aparecerán en el número 408 de Christophorus Magazine, que estará disponible a partir del 15 de septiembre.