Desde su llegada al país, Ford ha sido protagonista de la innovación y la evolución tecnológica automotriz y hoy, con la producción del Mustang Mach-E, el primer vehículo eléctrico de la marca y de fabricación masiva en el país, busca competir para la nueva era de la electrificación.
Ford Cuautitlán, la primera planta automotor que se estableció en México y que se transformó por completo para producir un vehículo eléctrico, hoy produce hasta 360 unidades por día para exportarse a 35 países alrededor del mundo. En el marco de su 58 aniversario, visitamos la planta para conocer el proceso de fabricación del Mustang más electromexicano del mundo.
Mustang Mach-E, listo en menos de 72 horas
La vida de este vehículo inicia en el área de Estampado, donde en tan solo 1.33 minutos y con la ayuda de 36 colaboradores, se realizan los procesos necesarios para producir 20 piezas que forman el cuerpo de una unidad.
Mientras esto sucede, el equipo de ensamble de baterías inicia con su proceso de fabricación.
En las primeras estaciones se colocan todos los módulos electrónicos que controlan el uso de la batería cuando el vehículo está en movimiento. Posteriormente, se instala el sistema de enfriamiento para mantener una temperatura adecuada y darles una vida útil mucho más larga. Una vez instalados todos los componentes, se hacen diferentes pruebas electrónicas para validar su funcionamiento y otras para verificar que no haya filtración de agua o humedad que puedan deteriorarlas. Finalmente, se llevan al área de Ensamble para unirlas junto con todas las partes del vehículo.
Con las baterías listas, el Ford Mustang Mach-E avanza a la instalación de todas sus piezas, donde se arma como un rompecabezas perfecto. El armazón se mueve a través de una cadena de montaje que cuenta con 47 estaciones donde se colocan las partes de carrocería. Para esto, se llegan a utilizar hasta 220 robots como Goliat que ayudan a los colaboradores a terminar sus tareas en menos de 3 minutos.
Después de haberle dado forma al cuerpo del vehículo, llega el proceso de producción más retador: la pintura. Está formado por 9 etapas que suman 60 estaciones, pero la parte más crítica sucede cuando el vehículo se introduce en un baño de pintura y se somete a un área de secado donde debe de alcanzar el brillo que la caracteriza. En Ford Cuautitlán, es una mujer la que supervisa este desafiante trabajo.
“Cuando una persona compra su vehículo, la pintura es uno de los factores que más influye a la hora de toma de decisión. Si tomas eso en cuenta y que si se hace algo mal podemos arruinar el trabajo de toda la primera etapa de producción, se convierte en un verdadero reto”, mencionó Michelle Pérez, gerente de Pintura en Ford Cuautitlán.
Terminando esta etapa, llega la terminación de exteriores y los acabados de interiores. Este proceso tarda aproximadamente 5 horas para colocar 1,400 piezas como las defensas, las llantas, los asientos, las pantallas táctiles de 15”, y muchas más.
“Hasta aquí, y sin contar las pruebas eléctricas, mecánicas, climáticas y de seguridad que hacen los ingenieros en el Centro de Laboratorio de Pruebas, el proceso de manufactura de un Mustang Mach-E puede tardar únicamente 2 días en salir de nuestras líneas de producción sin ningún percance”, dijo Marcos Madrid, Gerente de Ford Cuautitlán. “Es impresionante cómo la tecnología y la aplicación de industria 4.0 nos ha permitido crear una máquina tan compleja en tan poco tiempo”, agregó.
En el marco del aniversario de la primera planta automotor que se estableció en el país, la firma del óvalo azul celebra la gran calidad de trabajo que los colaboradores de Ford Cuautitlán han entregado para dar vida a un vehículo eléctrico de clase mundial y con uno de los ADNs más icónicos de toda la industria.