El diseñador y arquitecto Bruno Jakobsen ha creado la casa de sus sueños en su país natal, Dinamarca. Aislada en medio de la naturaleza y, sin embargo, conocida por una creciente comunidad de aficionados. Es como si sus dos modelos Porsche estuvieran hechos para este pintoresco entorno.
Bruno Jakobsen entrecierra brevemente los ojos cuando el sol de la mañana penetra por las copas de los árboles. El arquitecto y diseñador danés estuvo todo un año observando cómo se comporta la luz en este lugar. En efecto, lo que planeó aquí tenía que estar perfectamente iluminado. Ahora, en medio de este oasis verde de árboles antiguos, exuberantes praderas y densos arbustos está la casa que ha creado él mismo. Estamos en las afueras de Randers, una ciudad portuaria de 64.000 habitantes en Jutlandia Central, y acaba de terminar la Barnhouse Box, un espacio que Jakobsen ha dedicado a su Porsche 911 S 2.7 Targa (serie G).
El sol suave de la mañana baña de una luz dorada el deportivo con la barra de acero cepillado. El diseñador pasa la mano por el techo desmontable del coche. «Me encanta el tacto de esta superficie», dice y presiona suavemente el plástico con los dedos. En la Barnhouse Box todo gira en torno al clásico del año 1974, de color negro satinado. Jakobsen comenta que el sistema estéreo y el tocadiscos son de ese mismo año. Él nació en 1976. En las paredes hay colgados volantes y extintores Porsche, una llanta Fuchs y el enorme alerón trasero de un 911 Turbo (930), junto al letrero de la marca que ilumina el espacio en grandes letras de neón.
Jakobsen tiene su 911 desde hace más de diez años. Le gusta recordar cómo su hija Silje, de 17 años, y su hijo Tristan, de 14, se acurrucaban hombro con hombro en la parte trasera durante los viajes largos. Quizá por eso ambos han crecido con una gran pasión por la marca de Zuffenhausen. Su esposa Dorte tardó algo más en rendirse al Porsche, pero ya incluso le gusta a ella misma conducir el deportivo.
Un Porsche Junior completamente restaurado
Al principio también le costó convencerse de la idea de construir una casa en un lugar remoto en medio del bosque y dejar atrás la vivienda unifamiliar en la ciudad. Ahora, el nuevo estilo de vida marcado por la naturaleza también se ha convertido en el suyo propio y, para ello, Bruno Jakobsen adquirió el vehículo adecuado de su marca favorita.
Además del Targa, en el taller adyacente hay desde hace dos años un Porsche Diesel Junior del año 1960, completamente restaurado por su anterior dueño. Jakobsen explica que conduce principalmente por diversión el tractor de culto que fabricó la empresa con diversos socios entre 1950 y 1963. Cuando se desplaza en el tractor, se pone el peto que se ha comprado para tal fin. Junto a la vivienda, en un gran recinto, viven dos cabras y tres gallinas.
En verano de 2019, Jakobsen bautizó como «The Nordic Barnhouse Project» la primera idea para su hogar en medio de un frondoso bosque. A principios de 2020 la compartió en su cuenta de Instagram, donde ya hay unas 260.000 personas que siguen cómo Jakobsen y su familia cumplen paso a paso un sueño: la casa alargada donde residen, el invernadero, el gran garaje y ahora también la Barnhouse Box.
“Mi mundo es la naturaleza y el bosque”
En la Nordic Barnhouse, la naturaleza está continuamente al alcance de la mano, y es un elemento típico en las obras del diseñador. Por toda la casa hay ejes visuales que permiten ver el entorno verde. A la familia Jakobsen le encanta, sobre todo, pasar el tiempo al aire libre. La ducha exterior, la pequeña piscina, la sauna… prácticamente todo hecho de madera. «Naturaleza y madera: ese es mi mundo» afirma Jakobsen, que designa su estilo como «nueva arquitectura nórdica». «La madera se desgasta con el tiempo, envejece, y precisamente por eso es el material ideal, ya que la vida deja rastros». Le gusta usar especialmente madera de cedro marrón, que se vuelve plateada con los años.
El gusto por la durabilidad, el encanto de las huellas del uso y la pátina fue también lo que le llevó a la marca de deportivos. «Porsche fabrica vehículos hechos para usarse. No son simplemente coches con un look elegante para estar guardados en el garaje». Fiel a sus palabras, se sube a su 911 S 2.7 Targa y arranca hacia el sol.