En Porsche siempre ha existido la tradición de producir autos deportivos compactos y livianos, con tecnología innovadora. Otro factor común que se ha mantenido a lo largo de la historia de la compañía es la costumbre del fabricante de Stuttgart de probar sus innovaciones en carreras automovilísticas antes de pasar a la producción en serie.
Hace exactamente cien años que Ferdinand Porsche, entonces jefe de Producción y Desarrollo de Austro-Daimler, utilizó las exigencias extremas de las carreras para demostrar la eficacia de sus ideas. Y lo hizo con éxito: el Austro-Daimler ADS R ganó la Targa Florio el 2 de abril de 1922, frente a una fuerte competencia en la categoría en la que participaron los modelos de cilindrada más pequeña.
Con este auto, Ferdinand Porsche, que entonces tenía 46 años, depositó su confianza en el principio de la buena relación peso/potencia, algo que hasta hoy sigue siendo una característica que define todos los automóviles de Zuffenhausen. Un siglo después, un equipo del departamento de Museo y Patrimonio de Porsche llevó a cabo la restauración de este vehículo histórico.