Hace unos meses Olivia Van Dalen, Racing Host & CUPRA Sponsorships, comenzó uno de los desafíos más duros a los que se ha enfrentado: conseguir conducir un monoplaza Gen3 de Fórmula E. Para lograrlo las directrices marcadas por su mentor, el piloto de Fórmula E, Lucas di Grassi, son muy claras y exigentes: correr 10 km en menos de 45 minutos, pisar el pedal del freno con una presión superior a los 100 kg, entrenar todas las semanas en el simulador para tolerar las fuerzas g, entender los trazos de carrera y, sobre todo, saber aguantar la presión, puesto que “ante cualquier error tú serás la que está conduciendo a 300 km/h”, comenta Di Grassi.
Y es que el día a día de los pilotos de Fórmula E es muy exigente teniendo en cuenta que habitualmente compiten en dos carreras durante un mismo fin de semana. Olivia está viviendo esta experiencia de cerca como parte de su reto en el que quiere pasar de ser rookie a profesional, convirtiéndose en la sombra de los pilotos con el objetivo de conocer con más detalle cuáles son sus rutinas y cómo se preparan para dar el 100% en cada evento.
Puesta a punto. Las jornadas de competencia empiezan muy temprano, para que los pilotos se puedan preparar a conciencia con el fin de rendir al más alto nivel. Arrancan con las primeras reuniones para evaluar y plantear estrategias, seguido del reconocimiento a pie del circuito, también conocido como track walk, donde “comprobamos los límites de la pista, si el asfalto está nuevo o más gastado, revisamos los trazos, las escapatorias, e incluso medimos los bordes para luego ajustar la altura del auto y saber por cuáles podemos rodar”, le explica Di Grassi a Olivia. Luego, hay que dar paso a los entrenamientos libres, la primera toma de contacto del monoplaza con el asfalto del circuito. Aquí, además de familiarizarse con el recorrido, también siguen recopilando más datos para optimizar la configuración del vehículo, “lo más importante es detectar las irregularidades y desniveles de la pista para ajustar bien la suspensión: algo más rígida, con un centro de gravedad bajo del auto, para obtener más tracción cuando el circuito es llano, o en caso contrario hay que elevar el vehículo y correr con suspensiones más blandas”, comenta Di Grassi.
La hora de la verdad. Una vez ya está el monoplaza a punto, antes de competir, los pilotos se mentalizan y preparan para clasificar lo más arriba posible, y luego rendir en carrera. Algunos siguen sus rutinas particulares para una máxima concentración, por lo que Olivia quiso conocer cuál es la de Di Grassi antes de subirse al vehículo: “Básicamente analizo datos, la estrategia de salida y cuál será nuestro plan A, B y C para la carrera. A nivel físico, hago muchos estiramientos, me intento relajar y, sobre todo, bebo mucha agua”, comenta el embajador de CUPRA. Porque la ingesta de líquidos es esencial antes de competir ya que los pilotos sudan mucho dentro del auto y, a diferencia de la Fórmula 1, no tienen un sistema de hidratación, “en São Paulo, que hizo calor durante todo el día, bebí unos siete u ocho litros de líquido”, confiesa el Di Grassi. Una vez en carrera, ya solo queda darlo todo, aunque es muy importante la comunicación por radio con los ingenieros para seguir recolectando información y para ir afinando la estrategia: “A veces me indican cuando atacar o defender, o cuáles son mis niveles de energía y de los pilotos que tengo cerca”, apunta el piloto brasileño.
De rookie a profesional. Olivia sigue determinada en afrontar con éxito el ambicioso desafío que se propuso junto a CUPRA. Además de conocer de primera mano cómo es el día a día de los pilotos del equipo ABT CUPRA y hablar regularmente con ellos, también tuvo la oportunidad de recibir consejos prácticos y de técnica del Dr. Werner Tietz, vicepresidente de I+D en CUPRA, así como algunas claves de cómo gestionar la presión por parte del portero del F.C. Barcelona, Marc ter Stegen. Además, Olivia practica footing cinco veces a la semana para mejorar su resistencia y se está entrenando en un circuito de karting con el piloto Jordi Gené, quien la ayuda a perfeccionar las trazadas y a practicar los adelantamientos, además de trabajar la fuerza.
A falta de cuatro carreras para que termine la temporada de Fórmula E y pueda ponerse a prueba, Olivia relata que “llevo cinco meses entrenando y es impresionante ver todo el trabajo que hay detrás. Los pilotos son personas preparadísimas y quiero seguir aprendiendo todo lo que pueda de ellos para estar a la altura. El equipo ABT CUPRA me está ayudando muchísimo, especialmente Lucas y Nico. No podría tener mejores mentores”. Olivia estará compartiendo contenido a través de las cuentas de @CUPRA_official para que todo el mundo pueda seguir sus progresos y ver si es capaz de superar el reto de conducir un monoplaza Gen3 de Fórmula E.