La descarbonización de la movilidad es un objetivo clave en la lucha contra el cambio climático. Para una empresa automovilística como Renault Group, supone afrontar numerosos retos relacionados con la industria, la energía, la tecnología, el suministro, la velocidad, etc. Para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de carbono en 2040 en Europa y en 2050 en todo el mundo, en línea con sus objetivos, la empresa necesita revolucionar la forma de diseñar y fabricar sus vehículos.
Este enfoque se demuestra con Renault Emblème, que la marca exhibió en su stand del Salón del Automóvil de París del 14 al 20 de octubre. Esta visión de vehículo familiar es un laboratorio en el que se muestran las innovaciones desarrolladas por Renault, Ampère y sus socios para responder a estas exigencias.
El principal reto de este proyecto emblemático reside en el grado en que se ha maximizado la descarbonización a lo largo de todo el ciclo de vida del vehículo, desde la cuna hasta la tumba. Tras el concept Scenic Vision H2-Tech en 2022, Renault Emblème va un paso más allá y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero (CO2 eq.) en un 90 % en comparación con un vehículo equivalente fabricado actualmente, para producir tan solo 5 toneladas de CO2 eq. de principio a fin (véase el apartado de metodología al final del comunicado de prensa).
Para lograrlo, el proyecto ha explorado una multitud de combinaciones inteligentes, creíbles y viables: materiales reciclados con una baja huella de carbono, materiales naturales, procesos de producción basados íntegramente en energías renovables, implantación generalizada de piezas reutilizadas y circularidad, etc. Lo mismo ocurre con las opciones técnicas, incluida la cadena cinemática.
La eficiencia en el corazón del nuevo lenguaje de diseño de Renault
Renault Emblème simboliza un nuevo enfoque holístico del diseño del vehículo. Su diseño exterior combina deportividad, elegancia y emoción a través de curvas sensuales y líneas gráficas y técnicas, creando un objeto ultradeseable. El diseño también es el resultado de una optimización meticulosa de la aerodinámica, diseñada para la eficiencia a través de un enfoque más sostenible sin comprometer la estética.
En Renault Emblème, por ejemplo, el espejo retrovisor exterior se reemplaza por dos cámaras integradas en los pasos de rueda, con limpiaparabrisas ocultos bajo el capó y manijas e-latch empotradas en la carrocería. Dos aletas en el capó y dos salidas de aire en el parachoques canalizan el flujo de aire hacia el parabrisas y detrás de las ruedas, respectivamente. Las ruedas son de disco completo, para conducir el flujo de aire a lo largo de la carrocería. El diseño de fondo plano inspirado en la F1 se ve mejorado por un difusor activo, que se inclina hacia abajo y hacia atrás para equilibrar el flujo de aire y minimizar la resistencia aerodinámica.
El diseño se afinó utilizando tecnología de gemelo digital y equipos de simulación digital de última generación proporcionados por el equipo BWT Alpine F1, como parte de una fructífera colaboración entre Renault y Ampère. Gracias a la puesta en común de sus conocimientos, han conseguido optimizar la aerodinámica pasiva y activa para conseguir una penetración del aire eficaz. El Renault Emblème tiene un Cx muy bueno de 0,25.
La elegancia de un shooting brake familiar sin renunciar a la eficacia
Las pronunciadas curvas y el estilo shooting brake del Renault Emblème se realzan con el efecto dicroico de la carrocería verde, que hace que el color parezca diferente según el ángulo desde el que se mire. El vehículo es una elegante combinación de un station wagon, con una amplia distancia entre ejes de 2,90 metros, y un coupé con una altura moderada de 1,52 metros y una línea de techo fluida.
El vehículo tiene una longitud de 4,80 metros, lo que lo hace ideal para viajar cómodamente en familia, con pasajeros y equipaje. También simboliza la ambición reafirmada de Renault de seguir innovando en el segmento C y superiores, en línea con su estrategia basada en el valor. Explorando nuevos caminos en el diseño inspirados en el icónico logotipo de Renault, la firma luminosa pretende ser a la vez alta tecnología y fácilmente identificable.
El peso de un vehículo, que está parcialmente vinculado a su tamaño, afecta a su CO2 equivalente. El Renault Emblème reduce las emisiones a varios niveles: durante la extracción de los materiales, durante la producción y el transporte, durante el uso (impacto en el consumo de energía) y durante el reciclaje del vehículo. En el marco de su enfoque de ecodiseño, los diseñadores e ingenieros han buscado hasta el último kilogramo superfluo, con el objetivo de alcanzar un peso de 1.750 kg, incluidas las baterías. De este modo, Renault Emblème pesa menos que la mayoría de los SUV híbridos o vehículos eléctricos de tamaño similar.
Un sistema de propulsión que combina versatilidad y prestaciones bajas en carbono
Renault Emblème dispone de un sistema de propulsión eléctrico de doble potencia alimentado de dos formas: por una batería recargable «convencional», suficiente para el uso diario, y por una pila de combustible de hidrógeno para los trayectos más largos. Basada en la plataforma AmpR Medium, la arquitectura de tracción trasera alberga los distintos componentes del sistema de propulsión (motor eléctrico, batería, pila de combustible y depósito de hidrógeno) manteniendo un centro de gravedad bajo y una distribución ideal del peso para favorecer el rendimiento y la eficiencia.
El motor eléctrico de rotor bobinado de 160 kW de Emblème no utiliza tierras raras. Está alimentado por una pequeña batería NMC (40 kWh), más ligera, más barata, menos voluminosa y más respetuosa con el medio ambiente que la de un vehículo eléctrico familiar de largo alcance. Tiene una autonomía de varios cientos de kilómetros, más que suficiente para los trayectos cotidianos. La pila de combustible PEMFC de 30 kW funciona con hidrógeno bajo en carbono a través de un depósito de 2,8 kg, lo que proporciona la energía necesaria para los viajes largos, con una eficiencia máxima de alrededor del 60%.
Esta configuración maximiza la versatilidad de este tipo de vehículo, capaz de cubrir una distancia de hasta 1.000 km con la misma rapidez que un vehículo de combustión interna: sin recarga, pero con solo dos paradas para repostar hidrógeno, de menos de cinco minutos cada una, para una autonomía de 350 km. En un trayecto típico entre París y Marsella, el 75% de la electricidad consumida por el vehículo es producida por la pila de combustible, sin más emisiones que el agua.
Un método de trabajo innovador
En vista de los ambiciosos objetivos de descarbonización, el vehículo de demostración Emblème requería nuevos métodos de trabajo. Al menos 20 socios, todos expertos en sus respectivos campos, trabajaron en el proyecto con Renault y Ampere. Cada uno aportó su propia tecnología o experiencia para reducir las emisiones de CO2 equivalentes en un 90% durante todo el ciclo de vida del vehículo.
Este enfoque horizontal colectivo fomenta la innovación sin barreras entre el Grupo, sus marcas, entidades, socios y proveedores. En este proyecto, este enfoque ha permitido aprovechar una diversidad y una complejidad tecnológicas excepcionales para alcanzar objetivos de descarbonización elevados. El vehículo de demostración Emblème demuestra una vez más que el Grupo Renault está a la vanguardia de la innovación, impulsando el progreso de la movilidad y de la industria del automóvil en general, haciendo que todo su ecosistema forme parte del proceso.
Ampere presentará este vehículo en su totalidad a finales de octubre.
Una metodología basada en el análisis del ciclo de vida del vehículo
El análisis del ciclo de vida (ACV) es un método científico que permite cuantificar los impactos medioambientales de un vehículo desde su nacimiento hasta su muerte. El sistema tiene en cuenta la extracción de materiales y la producción de componentes, así como el montaje, el transporte, el uso, el mantenimiento y el reciclaje de los vehículos. Es la herramienta global, estandarizada y multicriterio utilizada por el Grupo Renault. Una de sus principales aplicaciones es el cálculo del potencial de calentamiento global asociado a las emisiones de gases de efecto invernadero medidas en CO2 equivalente (CO2 eq.) por vehículo vendido. El Grupo Renault calcula el consumo real de sus vehículos a lo largo de 200.000 km. El Grupo Renault y Ampère también apoyan la propuesta de la industria automovilística francesa de medir el impacto de todo el ciclo de vida del vehículo.
Para un Mégane E-Tech eléctrico, las emisiones totales según su análisis de ciclo de vida ascienden a 24 toneladas de CO2 eq. Es decir, prácticamente la mitad de las de un modelo equivalente alimentado con combustibles fósiles (49 toneladas de CO2 eq. en el caso de un Captur con motor de gasolina). La movilidad 100% eléctrica, en otras palabras, es más virtuosa en términos de emisiones de CO2 eq. El objetivo del proyecto Emblème es de 5 toneladas de CO2 eq. ¡de la cuna a la tumba, es decir, una reducción de aproximadamente el 90%!