Cada Bugatti que sale de Molsheim se somete a un riguroso control de calidad y, a pesar de su naturaleza pura y enfocada, el Bolide, exclusivo para circuitos, no es la excepción. Antes de unirse a sus propietarios, estas obras maestras mecánicas se enfrentan a un último desafío: una intensiva inspección final y un programa de pruebas en circuito que garantiza la perfección absoluta.

El Bugatti Bolide representa la expresión más extrema del ADN Bugatti, imbuido de una herencia ganadora y una auténtica celebración del icónico motor W16. Con 1600 caballos de potencia que impulsan un chasis ligero de fibra de carbono, e incorporando numerosas innovaciones de primer nivel en el automovilismo, es una máquina de circuito incomparable. Sin embargo, cada uno se somete a un meticuloso proceso de puesta a punto que garantiza la misma calidad y dedicación a la perfección que cualquier otro modelo Bugatti.

En el corazón del proceso de control de calidad de Bugatti se encuentra una puesta a punto a medida y una estrecha colaboración con el Circuito de Mirecourt, cuyo circuito de 3750 metros, ubicado en el departamento de los Vosgos, se ha convertido en un instrumento clave para validar el rendimiento de cada Bolide. Esta colaboración proporciona a Bugatti acceso exclusivo a la pista con regularidad, creando un entorno ideal con nuevas instalaciones completas y profesionales, cerca de Molsheim, la sede espiritual de Bugatti, lo que permite al equipo de expertos de la marca realizar meticulosas pruebas de rendimiento.

«Nuestra relación con el Circuito de Mirecourt ha sido invaluable para garantizar que cada Bolide cumpla con nuestros exigentes estándares. Su compromiso de proporcionarnos acceso constante a la pista ha permitido a nuestro equipo desarrollar un enfoque riguroso y metódico para el control de calidad de un coche tan extremo que realmente no existía un punto de referencia. Por eso, desarrollamos el nuestro, sin aceptar nada menos que la perfección».

Philippe Grand
Director de Calidad de Bugatti

El proceso de shakedown moviliza a un equipo dedicado de ocho especialistas para cada sesión: dos pilotos de control de calidad, un responsable de neumáticos, un responsable de refrigeración, dos mecánicos y dos electricistas. Trabajando en armonía, este equipo de expertos puede validar dos coches en un solo día en la pista, evaluando cada característica dinámica.

Un enfoque de dos fases: precisión y pruebas extremas
El proceso de prueba de Bugatti en circuito se divide en dos fases distintas, cada una diseñada para validar diferentes aspectos del rendimiento del Bolide:

Fase 1: Precisión y Fundamentos

La primera fase se centra en establecer una base sólida y garantizar que el vehículo esté preparado para pruebas más exigentes. Esto comienza con una cuidadosa familiarización y validación de la dirección a velocidades moderadas. A continuación, los pilotos realizan pruebas de frenado progresivas, comenzando a 50 km/h y aumentando gradualmente hasta 250 km/h, para un rodaje suave del sistema de frenos. El proceso incluye la detección de ruidos irregulares mediante maniobras laterales y diversas situaciones de frenado, junto con frecuentes inspecciones técnicas en boxes por parte de técnicos especializados. El equipo también valida todos los parámetros del tablero y las funciones de conducción para garantizar el funcionamiento óptimo de los sistemas.

Fase 2: Rendimiento Extremo

Una vez que el coche se considera listo, la segunda fase lleva sus capacidades casi al límite, manteniendo estrictos protocolos de seguridad. El equipo realiza vueltas intensivas que permiten aumentos graduales de temperatura de neumáticos, frenos y caja de cambios. Los pilotos realizan evaluaciones exhaustivas de los sistemas de estabilidad y seguridad, incluyendo el ABS y el control de tracción. El proceso incorpora activaciones del Launch Control para simular condiciones de arranque extremas y simulaciones de escenarios de carrera con múltiples vueltas a velocidades que alcanzan los 300 km/h. Durante las pruebas, el equipo aplica intervalos de enfriamiento precisos con objetivos de temperatura específicos: los frenos deben enfriarse por debajo de los 300 °C y el motor por debajo de los 90 °C antes de continuar con la validación del rendimiento.

El rendimiento del Bolide se valida en condiciones casi extremas, con fuerzas de frenado de hasta -2,5 G y temperaturas máximas de 1000 °C. Estas intensas pruebas garantizan que cada vehículo pueda ofrecer su extraordinario rendimiento de forma constante y segura en manos de su propietario. El compromiso de Bugatti con la perfección en cada Bolide se lleva a cabo sin importar el coste, sino que se centra en garantizar que el Bolide tenga la misma calidad y fiabilidad duraderas que cualquier otro producto de Molsheim.

Cada prueba combina telemetría avanzada derivada del automovilismo con la evaluación humana experta. Un software especializado analiza datos en tiempo real para detectar incluso las más mínimas anomalías, mientras que los conductores, capacitados en las precisas especificaciones de Bugatti, proporcionan información invaluable sobre el rendimiento y la maniobrabilidad del vehículo.

Nuestro dedicado equipo de calidad ha diseñado un proceso con el mismo cuidado y atención que los aerodinamistas del Bolide dedicaron a perfeccionar la carga aerodinámica o los ingenieros a perfeccionar la dinámica. Su trabajo garantiza que la expresión más pura del W16 en el Bolide no solo ofrezca un rendimiento extraordinario, sino que lo haga con la fiabilidad y la calidad que definen a Bugatti.

Philippe Grand
Director de Calidad de Bugatti

El riguroso proceso de pruebas continuará a medida que más clientes de todo el mundo reciban y disfruten de su Bolide en la pista, incluyendo los eventos «Siente la Pista» de Bugatti, tras la primera reunión en el Circuito Paul Ricard en febrero. Un segundo evento «Siente la Pista» tendrá lugar en el Circuito de las Américas en mayo.

Por luisdemen