Reviviendo sus días como presentadores del programa de televisión sobre motor más popular del mundo, Richard Hammond y James May organizaron una carrera por el sur de Inglaterra entre un Taycan Turbo GT y el Pipistrel Velis Electro, uno de los primeros aviones eléctricos disponibles en el mercado.

Casi 20 años después de que ambos participaran por primera vez en una carrera entre un coche y un avión, los presentadores de televisión británicos Richard Hammond y James May han llevado el formato a la era eléctrica en un nuevo vídeo del canal de YouTube DriveTribe. En la carrera original, los dos eran compañeros de equipo y compartían la cabina de un Cessna 182, desde la ciudad italiana de Alba hasta Londres. Se enfrentaban a su copresentador, Jeremy Clarkson, en un Bugatti Veyron. Esta vez, sin embargo, competían entre ellos, con May surcando los cielos en un avión eléctrico y Hammond al volante del potente Porsche Taycan Turbo GT.

En dirección este, a través del sur de Inglaterra, la carrera comenzó en el aeródromo de Henstridge, en el límite entre Somerset y Dorset, y terminó en el aeródromo de Dunsfold, antiguo lugar de trabajo de los dos presentadores y sede de la famosa pista de pruebas de televisión. El recorrido de 174 kilómetros (o 129 km en línea recta) no era lo suficientemente largo como para poner a prueba la autonomía de hasta 555 km del Taycan Turbo GT. Aunque, si hubiera sido necesario, solo se habrían necesitado 18 minutos para pasar del 10 al 80 % de la capacidad de la batería, gracias a una potencia de carga máxima de hasta 320 kW.

En su recorrido entre los dos aeródromos, el coche se enfrentó al tráfico, las obras y los límites de velocidad, mientras que el avión podía avanzar sin obstáculos. Sin embargo, lo que igualaría las condiciones sería el tiempo máximo de vuelo del avión: unos 50 minutos. Para completar el trayecto, tuvo que hacer una parada para recargar en el aeródromo de Thruxton, aproximadamente a mitad de camino.

Mientras se preparaba para el inicio de la carrera, May se sorprendió por lo sencillo que resultaban las comprobaciones previas al vuelo en los aviones eléctricos. De hecho, descubrió que los coches no son los únicos vehículos que se benefician de la comodidad añadida que ofrece la transición a la electromovilidad.

El Taycan toma la delantera al principio

El Taycan tomó la delantera desde la salida. Como la carrera comenzó en un aeródromo, en lugar de en una carretera pública, Hammond pudo liberar todo el potencial de la impresionante aceleración del coche, proporcionada por su par motor de hasta 1.240 Nm con Launch Control. Aceleró de 0 a 100 km/h en solo 2,3 segundos. De hecho, con una potencia máxima del sistema de 1.108 CV cuando se utiliza el Launch Control con Overboost, el Taycan Turbo GT supera incluso al Bugatti Veyron que participó en la carrera mencionada anteriormente de 2005.

Las dos últimas décadas han traído consigo un enorme aumento de la potencia de los automóviles aptos para el uso diario y concebidos para ello. Hace relativamente poco tiempo, esas cifras solo las alcanzaban superdeportivos e hiperdeportivos. Hoy en día, Porsche pone al alcance de todos ese empuje tan elevado, junto con los correspondientes niveles de control y seguridad, gracias a una gran variedad de sistemas innovadores.

Al igual que en sus famosas carreras del pasado, los presentadores realizaron la prueba cara a cara en la vida real, calculando previamente los tiempos de viaje aproximados del coche y el avión para garantizar una competición reñida. De hecho, estaban tan igualdos, que Hammond miraba a través del techo panorámico opcional del Taycan, con una película de cristal líquido que puede cambiar de completamente transparente a opaco, para buscar en el cielo (en sus propias palabras) “el pequeño avión eléctrico con un spaniel dentro”.

Una vez fuera de la autopista y en sinuosas carreteras secundarias, Hammond pudo apreciar el confort de suspensión y la estabilidad. Además de proporcionar una dinámica excepcional en pista, el sistema de control del chasis Porsche Active Ride, de serie en el Taycan Turbo GT, ofrece una comodidad extraordinaria y reacciones propias de un deportivo, pasando de un extremo al otro con solo tocar una pantalla. Gracias a la capacidad del sistema de suspensión para generar fuerzas de extensión y compresión (es decir, tanto hacia arriba como hacia abajo), de forma independiente en cada rueda, puede compensar las ondulaciones de la carretera y el movimiento de la carrocería, e incluso “inclinarse” en las curvas. Todo ello se combina para ofrecer un nivel excepcional de precisión y control. Las diversas tomas en primer plano de las ruedas permiten a los espectadores ver esta impresionante característica en tiempo real, con los neumáticos en perfecto contacto con la carretera, mientras la carrocería del coche simplemente “se desliza” sobre los baches.

Durante toda la carrera, el avión se benefició de un fuerte viento de cola de entre 20 y 30 nudos, lo que dio a May confianza en sus posibilidades de victoria y le llevó a disfrutar de más de una taza de té durante su parada en Thruxton. El rápido avance del avión, a velocidad muy superior a los límites nacionales que debía respetar el coche, hizo que la carrera siguiera siendo muy reñida incluso en las últimas fases, cuando los presentadores se acercaban a Dunsfold por primera vez en más de una década.